Qué nos pasa?


El otro día me acerqué al campo de San Sebastián a recoger material y contemplé una escena que se me quedó grabada y que me apetece compartir con vosotros. En la zona de entrenamiento, donde están colocados los parapetos al aire libre a 12 y 18m que es donde habitualmente entrenamos los tradicionales, había 4 chicos de unos 12 o 13 años apostados en la balda donde colocamos el material observando cómo un arquero de poleas (muy bueno, por cierto) practicaba puntería y afinaba el arco. Me sorprendió la intensidad con la que le observaban (que por cierto, para sí hubiera querido su profesor de matemáticas). Los chicos estaban como hipnotizados y parecían mostrar mucho interés, lo cual me llamó gratamente la atención, más aún si cabe, cuando me percaté que a los pies de uno de ellos descansaba un balón de futbol, claro indicativo de que no se trataba de un grupo de chavales aburridos que no tenían otra cosa que hacer, sino que se trataba de cuatro chicos que deliberadamente habían parado su práctica de futbol para observar como una persona que no conocían de nada practicaba un deporte distinto al suyo. La mirada de admiración y curiosidad de esos chicos dibujó una sonrisa en mi cara y me hizo cuestionar qué razones han llevado a colocar al tiro con arco dentro de los deportes minoritarios.

El tiro con arco es una actividad milenaria que el ser humano lleva practicando siglos, SI-GLOS. Creo que se puede afirmar que es junto con el correr el ejercicio más antiguo de la humanidad, por eso no me explico por qué es tan minoritario al menos en este país. Este deporte ha aparecido en multitud de películas tanto antiguas como actuales, de distintos géneros, desde el western, a las películas históricas, medievales o de fantasía, incluso hay series de televisión que tienen como protagonista un arquero, por tanto, si la publicidad ya la tenemos, entonces ¿qué nos pasa? ¿Por qué somos tan minoritarios?. Entiendo que para que cualquier actividad triunfe tiene que tener referentes con los que la gente se identifique, ya que a todos nos gusta que los “nuestros” ganen, un claro ejemplo sería el de Carolina Marín que con sus éxitos consiguió dar a conocer el bádminton entre el público español, provocando que se multiplicara el número de federados y practicantes de este deporte, especialmente entre las mujeres españolas. Me pregunto entonces ¿es que no tenemos en el tiro con arco deportistas de élite de nivel internacional que puedan ser referentes y provoquen admiración?, pues resulta que la respuesta a esta pregunta es que actualmente tenemos un fantástico grupo de arqueros y arqueras de élite a nivel internacional que como José Manuel Marin, Andrea Marcos o Begoña Perez, han ganado campeonatos europeos e incluso han quedado subcampeones del mundo y son muy respetados en el circuito internacional.

Hay países como Italia que están experimentando un crecimiento impresionante tanto a nivel competitivo como popular y si los italianos y los españoles somos tan parecidos que el resto del mundo muchas veces nos confunde, entonces porqué ellos sí y nosotros no?

No tengo respuesta a estas preguntas y mucho menos soluciones, pero estoy segura que hay muchos arqueros con amplia experiencia que podrían aportar ideas e incluso soluciones ingeniosas. Entiendo que debe ser la Federación la promotora de la revitalización de este deporte y a mí como arquera de a pie sólo me queda parafrasear a Kennedy y preguntarme ¿qué puedo hacer para promover este maravilloso deporte? y por eso pregunto ¿señores de la Federación, qué podemos hacer los arqueros populares o de élite para ayudarles a impulsar este increíble deporte, que no solo promueve la igualdad de género, sino también la igualdad intergeneracional, donde la competición es contra uno mismo, y no hay rivales sino compañeros de línea. Necesitamos promover, favorecer y publicitar el tiro con arco en este país porque el deporte lo merece y los que lo practicamos también.

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